Chistes de viejitos, ancianos - jesusruizonline.es

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Chistes de viejecitos

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. Estaba una viejecita en un hospital y le dice el médico:
- ¿Qué es lo que le sucede señora? ¿porqué ha venido hasta aquí?
- Es que estoy muy preocupada por que mi marido no me hace el amor como antes.
- Dígame, dígame que es lo que debo yo hacer para que mi marido me haga el amor como antes, dígamelo.
- Mire señora usted lo que debe hacer es ponerle a su esposo en el café esta pastilla de viagra.
- ¡Si! ¿pero como le hago para que se la tome si casi no se las puede pasar?
- Mire écheselas en una taza de café y disuélvala, verá que dará resultado. Al día siguiente llega la misma señora y el doctor le pregunta:
- Qué pasó señora, verdad que le dio resultado!
- Si doctor, si dio resultado pero lo que usted no sabe es que fue horrible.
- ¿Cómo que fue horrible señora, que no es eso lo que quería?
- Si pero ¿con qué cara vuelvo al mismo restaurante?.

. Un viejecito hace parar un autobús, y le dice al chofer:
- Oiga, ¿este autobús me lleva al cementerio?
- Si se pone delante, es posible.

. Había una farmacia de guardia, cuando de repente se acerca una viejecita, toda temblorosa y le pregunta al farmacéutico:
- Aquí venden consoladores eléctricos? (y ella seguía temblando)
- Si señora, desea uno?
(la señora seguía temblando y le dice)
- No, solamente quiero saber como se apaga.

. Esto es una pareja de abueletes que se les olvidó morirse con 103 años y le dice el abuelo a su mujer:
- Nena, ¿por qué no cogemos y nos vamos al pueblo?.
A lo que ella le responde.
- Venga vale.
Se cogen el seiscientos y se van al pueblo y al llegar dejan el coche aparcado en el consistorio. Allí sentado leyendo había un policía local viendo la escena. Y le dice el abuelo a su mujer:
- Nena, ¿te acuerdas de aquella valla que rodea el depósito de agua?.
- Claro que me acuerdo, allí fue donde hicimos por primera vez el amor.
- ¿Y por qué no vamos y recordamos viejos tiempos?.
- Vaaleee.
Se van los dos viejecillos para la valla, cuando llegan se desnudan y empiezan a retorcerse y a dar gritos. El policía que está viendo toda la escena se queda alucinado. Y media hora después los viejos caen al suelo rendidos. El policía coge una manta y se la hecha por encima y dice:
- Estoy alucinado, con la edad que tienen y la fuerza que todavía les queda. No veas lo máquinas que seriáis con veinte años.
Y salta el viejo y le dice:
- Si claro pero es que en aquella época la valla no estaba electrificada todavía.