Publicidad
|
Aquellas Parejas
|
. Después de un partido, dos amigos
se están cambiando en el vestuario, y uno de ellos se queda a cuadros
cuando ve que el otro lleva puestos un sujetador y unas ligas.
- Pero Pepe, tío, desde cuándo llevas ropa interior femenina?
- Desde que mi mujer la descubrió en la guantera del coche. |
. Tu te casas conmigo porque he
heredado un apartamento en la calle Gorki [los Campos Eliseos de Moscu] de mi abuela, eh?
- Esto es absolutamente falso: me importa un bledo de quien lo hayas heredado. |
. Pues mi esposa y yo ya hemos
conseguido una perfecta compatibilidad sexual. Anoche nos dolía la cabeza a los dos. |
. En el cine, marido y mujer
discuten en voz alta. Un hombre sentado delante de ellos se da la vuelta y les dice:
- Perdonen, pero es que no oigo nada.
- Y por qué tendría usted que oír lo que nosotros decimos? |
. Un tío se pone a dieta, y al
llegar a casa le dice a su esposa:
- María, desnúdate, que vamos a hacerlo.
- De verdad? Pero si hace tanto que no...
- Ya, pero es que necesito algo que me quite el apetito. |
. En una partida de golf, uno de los
jugadores está empleando demasiado tiempo en preparase para tirar, así que
un amigo suyo le pregunta:
- Pepe, tío, por qué tardas tanto?
- Es que mi mujer nos está mirando desde el bar, y quiero asegurarme de
que este golpe me vaya a salir perfecto.
- Pero por favor, si sabes perfectamente que a esta distancia no tienes
ninguna oportunidad de matarla! |
|
. Una madre dice a su hijo:
- Hijo, te quiero porque eres tan golfo y sinvergüenza como tu padre.
Y su marido, que lo estaba oyendo, dice:
- Oye, que yo nunca fui un golfo ni un sinvergüenza, eh?
- Perdona, he dicho como su padre. |
. La mujer al marido:
- Pepe, qué haces tan pronto en casa?
- Que se ha caído mi compañero del andamio y se ha matado. Pobre familia.
Menos mal que por lo menos el seguro de la empresa les va a pagar diez
millones de pesetas.
- Y tu dónde andabas, que no estabas trabajando con tu compañero? |
. La señora, medio dormida en su
cama, escucha cuando llega su marido del trabajo y siente como él la
acaricia suavemente, casi de manera furtiva, como recorriendo suavemente
la periferia de su cuerpo. Ella siente cómo su cuerpo reacciona
inmediatamente a las caricias. El marido toma sus manos y las recoge, mete
una de sus manos por su espalda y llega atrevidamente hasta sus redondeces.
En este momento, la señora está que arde, jadeante y deseosa. Entonces,
sus piernas son abruptamente levantadas. La mujer siente que la pasión
perdida por años ha regresado y le encanta sentir cómo su hombre apoya
sobre ella todo su peso. La enerva sentir en su nuca el aliento calido de
su marido. Ella se prepara, levanta las caderas, separa y flexiona sus
piernas y se dispone a ser tomada, cuando de pronto su marido suelta sus
piernas, gira sobre sí mismo y se acomoda en su lado de la cama.
La mujer, asombrada y respirando hondamente pregunta:
- ¿Qué pasó?
- Ya.
- ¿Ya qué, grandísimo cabrón?
- Ya duérmete, mi cielo. Ya encontré el control remoto. |
|
Tu chiste
|
Si tienes algún chiste que aquí no aparece y deseas
publicarlo,
Envíalo ahora.
|
Peñiscola
Apartamento vacacional
Ático, 1ª línea de playa. Parking, piscina, Wifi...
Imágenes
1 / 11
2 / 11
3 / 11
4 / 11
5 / 11
6 / 11
7 / 11
8 / 11
9 / 11
10 / 11
11 / 11
❮
❯
Publicidad
|