Proverbios Chinos

Frases célebres

Chinos

Lo que oyes lo olvidas, lo que ves, lo recuerdas, lo que haces, lo aprendes.
Aquel que pregunta es un tonto por cinco minutos, pero el que no pregunta, permanece tonto por siempre.
La puerta mejor cerrada es aquella que puede dejarse abierta.
Quien cede la acera ensancha el camino.
El sabio no dice lo que sabe, y el necio no sabe lo que dice.
Si te caes siete veces, levántate ocho.
Las bendiciones nunca vienen en pares, y los infortunios nunca vienen solos.
El trabajo del pensamiento se parece a la perforación de un pozo: el agua es turbia al principio, mas luego se clarifica.
La tinta más pobre de color vale más que la mejor memoria.
Las grandes almas tienen voluntades; las débiles tan solo deseos.

Hay que subir la montaña como viejo para llegar como joven.
Vence al enemigo sin manchar la espada.
En aguas de extrema limpieza no puede haber peces, y hombre extremadamente exigente no puede tener compañeros.
Si el vino es fragante, no importa que se venda al fondo de un largo callejón.
Antes de abrir una puerta ajena vístete con una sonrisa.
Si te identificas con el éxito tendrás éxitos, si te identificas con el fracaso, tendrás fracasos.
Las mujeres sostienen la mitad del cielo.
Jamás busques la respuesta en los lugares que no existen.
Los bellos caminos no llevan lejos.
La oportunidad golpea a la puerta solo una vez.

Con el viento fuerte se reconoce la resistencia de la hierba.
No puedes evitar que el pájaro de la tristeza vuele sobre tu cabeza, pero sí puedes evitar que anide en tu cabellera.
La gente se arregla todos los días el cabello. ¿Por qué no el corazón?
El agua hace flotar el barco, pero también puede hundirlo.
Quien pisa con suavidad va lejos.
No temas ser lento, teme sólo a detenerte.
El jade necesita ser tallado para ser una gema.
Preferir ser jade en añicos antes que una teja entera.

El fracaso es la madre del éxito.
Si sobreviviste a una tormenta, no te molestará la lluvia.
Una persona sabia tiene sus propias opiniones y toma sus propias decisiones, mientras que un ignorante sigue a la opinión pública.

No te preocupes por no ser conocido. Preocúpate por ser digno de que se te conozca.
La inocencia de un ratón puede mover un elefante.
No confundas, jinete, el galopar del caballo con los latidos de tu propio corazón.
La tensión es quien crees que deberías ser, la relajación es quién eres.
Cuando bebas agua, recuerda la fuente.
A perro colimbo, sartenazo en el hocico.
El dragón inmóvil en las aguas profundas se convierte en presa de los cangrejos.
Nadie se baña dos veces en el mismo río, pues siempre es otro río y otra persona.
No prometas nada cuando te sientas eufórico.
Ganar un proceso es adquirir una gallina y perder una vaca.

Un hombre miserable exige mucho a los demás; un sabio se exige a sí mismo.
No basta ir a pescar peces con buena intención. También se necesita llevar red.
La lengua resiste porque es blanda; los dientes se quiebran porque son duros.
Al comer retoños de bambú, recuerda al hombre que los plantó.
Los padres que tienen miedo a poner un pie en el suelo generalmente tienen niños que se ponen de puntillas.
El que teme sufrir ya sufre el temor.

El soldado que ha huido cincuenta pasos se ríe del que lo ha hecho cien pasos.
El destino une a las personas desde muy lejos.
Las oportunidades no ocurren solas; tú las creas.
La victoria demuestra lo que una persona puede llegar a hacer; su respuesta en la derrota muestra su valía.
Vive cada día de tu vida como si fuera el último... un día acertarás.