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Más frases de William Faulkner (127)

• Siempre he opinado que todos seríamos mucho más felices si no creyéramos en nada que no viésemos con nuestros propios ojos, y aun sólo la mitad de eso.

• Nunca pierdas el tiempo lamentando errores. Basta con que no los olvides.

• En mi opinión, los hechos no tienen nada que ver con la verdad.

• Si la humanidad llegara a la altura de sus sueños, ¿qué sería de los sueños?

• Todos los males humanos salen de la oscuridad, donde no hay nada que persiga constantemente al hombre ofreciéndole la imagen de su propia deformidad.

• Lo más triste del amor es que no sólo no puede durar siempre, sino que las desesperaciones son también olvidadas pronto.

• Hombre pobre, humanidad pobre.

• Para escribir una buena obra no hay ningún recurso mecánico, ningún atajo.

• Si el escritor está interesado en la técnica, más le vale dedicarse a la cirugía o a colocar ladrillos.

• Entre el whisky escocés y nada, me quedo con el escocés.

• El Sonido y la Furia. La escribí cinco veces distintas, tratando de contar la historia para librarme del sueño que seguiría angustiándome mientras no la contara.

• La violencia es simplemente una de las herramientas del carpintero. El escritor, al igual que el carpintero, no puede construir con una sola herramienta.

• La finalidad de todo artista es detener el movimiento que es la vida, por medios artificiales y mantenerlo fijo de suerte que cien años después.

• Algunas veces la técnica arremete y se apodera del sueño antes de que el propio escritor pueda aprehenderlo.

• A pesar de sus mezquinas trapacerías y de su hipocresía, ante las narices del señor no olería peor que algunos otros.

• Lo más triste es que la única cosa que se puede hacer durante ocho horas al día es trabajar.

• Si me fuera a reencarnar, quisiera volver al mundo como un buitre: nadie lo odia, ni lo envidia, ni lo desea, ni lo necesita; jamás lo molestan y nunca está en peligro; además, le mete el diente a cualquier cosa.

• El escritor no necesita libertad económica. Todo lo que necesita es un lápiz y un poco de papel. Que yo sepa nunca se ha escrito nada bueno como consecuencia de aceptar dinero regalado.

• No te molestes en ser mejor que tus contemporáneos o tus predecesores, intenta ser mejor que tú mismo.

• El hombre es la suma de lo que te dé la gana. Un problema de propiedades impuras tediosamente arrastrado hacia una inmutable nada: jaque mate de polvo y deseo.

• Inteligencia es el poder de aceptar el entorno.

• Gracias a Dios, los hombres han aprendido cómo olvidar enseguida lo que no tienen valor suficiente para tratar de remediar.

• Sólo los niños aceptan las sorpresas por el placer de las sorpresas. Los adultos no soportan las sorpresas a no ser que se les prometa de antemano que van a querer poseerlas.

• No es cuando adviertes que nada sirve de ayuda -religión, orgullo, nada- es cuando adviertes que no necesitas ayuda.

• Siempre se lamenta haber adquirido hábitos frívolos.

• Las mujeres no son más que órganos genitales articulados y dotados de la facultad de gastar todo el dinero del hombre.

• No tengo tiempo para pensar en quién me lee. No me interesa la opinión de Juan Lector sobre mi obra ni sobre la de cualquier otro escritor.

• El buen arte puede ser producido por ladrones, contrabandistas de licores o cuatreros.

• Las diversas alegorías del cristianismo, son los modelos con los que se mide a sí mismo y aprende a conocerse.

• La música, expresaría mejor y más simplemente lo que yo escribo, pero yo prefiero usar palabras, del mismo modo que prefiero leer a escuchar.

• Mi obra tiene que complacerme a mí, y si me complace entonces no tengo necesidad de hablar sobre ella.

• Había muchas cosas que yo podía hacer durante dos o tres días a fin de ganar suficiente dinero para vivir el resto del mes.

• Todos hablaban a la vez, insistentes y contradictorias sus voces, convirtiendo lo irreal en posible, luego en probable, después en hecho incontrovertible, como hace la gente al transformar sus deseos en palabras.

• La vida es un camino sin retorno.

• El pecado, el amor y el miedo son sólo los sonidos que las personas que nunca pecaron, ni amaron ni han sentido miedo.

• El artista, será completamente despiadado si es un buen artista. Tiene un sueño, y ese sueño lo angustia tanto que debe librarse de él. Hasta entonces no tiene paz.

• Antes se reconocía a un caballero por sus libros: ahora se le reconoce por los que no ha devuelto.

• Se puede ignorar el sonido durante mucho tiempo, pero luego un tictac instantáneo puede recrear en la mente intacta el largo desfilar del tiempo que no se ha oído.

• Quizás tuvieron razón en colocar el amor en los libros... Quizás no podía existir en ningún otro lugar.

• Ocurre a menudo que nuestras acciones no parecen ser dignas de nosotros. Ni nosotros dignos de nuestras acciones.

• Se suele decir que sólo puede engañar el embustero empedernido. Pero a menudo ocurre que el embustero empedernido y crónico sólo se miente a sí mismo.

• Tal vez la única cosa peor que tener que dar gratitud constantemente es tener que aceptarla.

• Se diría que el hombre puede soportarlo todo. Incluso lo que no ha hecho. Incluso la idea de que no puede soportar más.

• El artista es responsable sólo ante su obra.

• Trabajando en un Burdel, todos los contrabandistas de licores de la localidad se dirigen a ti como “Señor”.

• El buen escritor nunca recurre a una fundación. Está demasiado ocupado escribiendo algo. Si no es bueno de veras, se engaña diciéndose que carece de tiempo o de libertad económica.

• Ese es el libro por el que siento más ternura (el Sonido y la Furia). Nunca pude dejarlo de lado y nunca pude contar bien la historia.

• Yo no sé nada sobre la inspiración, porque no sé lo que es eso. La he oído mencionar, pero nunca la he visto.

• A la vida no le interesa el bien y el mal. Don Quijote elegía constantemente entre el bien y el mal, pero elegía en su estado de sueño.

• Para subsistir en mis comienzos, yo podía hacer un poco de casi cualquier cosa: manejar lanchas, pintar casas, pilotar aviones.

• Lo más triste del amor, Joe, no es que no dura para siempre, sino que incluso el desamor se olvida pronto.

• No me interesan las ideas, solo los hombres.

• El campo de batalla solamente revela al hombre su propia estupidez y desesperación, y la victoria es una ilusión de filósofos e imbéciles.

• Un hombre es la suma de sus desdichas. Se podría creer que la desdicha terminará un día por cansarse, pero entonces es el tiempo el que se convierte en nuestra desdicha.

• Lo que se considera ceguera del destino es en realidad miopía propia.

• Se es feliz cuando la propia vida está llena, y una vida está llena cuando se está tan ocupado viviendo momento a momento que no se tiene tiempo ni para recordar el ayer ni para temer el mañana.

• Si me dan a elegir entre la tristeza y la soledad, me quedo con la tristeza.

• Ahora sé que lo que convierte en imbécil a un hombre es su incapacidad para seguir los buenos consejos que se da a sí mismo.

• Yo no soy más que un viejo que ha tenido la suerte de envejecer sin haber conocido la desesperación de amar...

• El alcohol te enseña a confundir el fin con los medios.

• Trabajando en un Burdel, el artista goza de una perfecta libertad económica, está libre del temor y del hambre.

• No fue hasta el Premio Nobel cuando realmente me tuvieron en cuenta. No podían entender mis libros, pero pudieron entender los 30.000 dólares.

• El éxito es femenino e igual que una mujer: si uno se le humilla, le pasa por encima. De modo, pues, que la mejor manera de tratarla es mostrándole el puño. Entonces tal vez la que se humille será ella.

• A un artista, un mal ambiente sólo le hará subir la presión sanguínea, al hacerle pasar más tiempo sintiéndose frustrado o indignado.

• Mientras agonizo, no fue fácil. Ningún trabajo honrado lo es. Fue sencillo en cuanto que todo el material estaba ya a la mano.

• Puesto que mi talento reside en las palabras, debo tratar de expresar torpemente en palabras lo que la música pura habría expresado mejor.

• El tiempo que un hombre puede dedicarle a la moralidad, tiene que quitárselo forzosamente al movimiento del que él mismo es parte.

• El escritor joven que siga una teoría es un tonto. Uno tiene que enseñarse por medio de sus propios errores; la gente sólo aprende a través del error.

• No podrás nadar hacia nuevos horizontes si no tienes el valor de perder de vista la costa.