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Más frases de Pablo Neruda (119)

• Todo era de los otros y de nadie, hasta que tu belleza y tu pobreza llenaron el otoño de regalos.

• Debajo de tu piel vive la luna.

• Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar, y que ninguno es tan terrible para claudicar.

• Si de pronto me olvidas no me busques, que ya te habré olvidado.

• Y una por una, las noches entre nuestras separadas ciudades se unen a las noches que nos unen.

• Verde era el silencio, mojada era la luz, el mes de junio temblaba como una mariposa.

• Tus ojos abiertos son la única luz que conozco de las constelaciones extintas.

• Es tan corto el amor y tan largo el olvido.

• El amor no se mira, se siente, y aún más cuando ella está junto a ti.

• Sembremos la llanura antes de arar la loma.

• Y desde entonces soy porque tú eres, y desde entonces eres, soy y somos, y por amor seré, serás, seremos.

• El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas de su error.

• Ausente, por los sueños, tu corazón navega; pero tu cuerpo así abandonado respira buscándome sin verme, completando mi sueño como una planta que se duplica en la sombra.

• Desnuda eres tan simple como una de tus manos: lisa, terrestre, mínima, redonda, transparente. Tienes líneas de luna, caminos de manzana.

• Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

• Pero a partir de cada crimen nacen balas que un día buscar en dónde se encuentra el corazón.

• En su llama mortal la luz te envuelve.

• Si pierdes el camino, tu amistad eterna te guía y te alegra.

• Dos amantes dichosos no tienen fin ni muerte, nacen y mueren muchas veces mientras viven, tienen la eternidad de la naturaleza.

• Tal como una jarra albergaste infinita ternura y la infinita ternura te destrozó como una jarra.

• Siempre estaremos solos, siempre seremos tú y yo, solos en la tierra para empezar nuestra vida.

• Si de repente tú no existes, si de repente tú no vives, yo seguiré viviendo. No me atrevo. No me atrevo a escribirlo, si tú mueres. Yo seguiré viviendo.

• Para que nada nos amarre, que no nos una nada.

• Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida.

• La poesía nace del dolor. La alegría es un fin en sí misma.

• Amo el amor que se reparte en besos, lecho y pan.

• Mi alma nace a la orilla de tus ojos de luto. En tus ojos de luto comienza el país del sueño.

• Si cada día cae dentro de cada noche, existe un pozo donde la claridad está aprisionada. Necesitamos sentarnos en el borde del pozo de la oscuridad y pescar la luz caída con paciencia.

• En tu vida mis sueños infinitos viven.

• Y uno por uno las noches entre nuestras ciudades separadas se unen a la noche que nos une.

• Sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres. Así la poesía no habrá cantado en vano.

• Eras la boina gris y el corazón en calma.

• Y recurro a las armas más antiguas de la poesía, al canto y al panfleto usados por clásicos y románticos.

• La poesía es siempre un acto de paz. El poeta nace de la paz como el pan nace de la harina.

• Los libros que más te ayudan son aquellos que más te hacen pensar. Un gran libro de un gran pensador es un buque de pensamiento, cargado de belleza y verdad.

• Una boca perdida entre mil bocas que he besado.

• La timidez es una condición ajena al corazón, una categoría, una dimensión que desemboca en la soledad.

• Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.

• Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego, turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio!

• Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

• Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

• Eres libre de tomar las opciones que quieras, pero eres prisionero de sus consecuencias.

• Yo creía que la ruta pasaba por el hombre, y que de allí tenía que salir el destino.

• De todas partes salta la semilla, todas las ideas son exóticas, esperamos cada día cambios inmensos, vivimos con entusiasmo la mutación del orden humano.

• Llegamos de noche a las Islas Afortunadas, y nuestro amor se extendía como peces en la red de nuestros besos.

• En ti los ríos cantan y mi alma en ellos huye como tú lo desees.

• De todos los fuegos, el amor es el único que no puede extinguirse.

• Quiero vivir en un mundo en el que los seres sean solamente humanos, sin darse en la cabeza con una regla, con una palabra, con una etiqueta.

• Yo busqué, pero nadie tenía tus ritmos, tu luz, el día sombrío que trajiste al bosque, nadie tenía tus pequeñas orejas.

• Y espero por ti como una casa vacía hasta que me veas de nuevo y vivas en mí. Hasta entonces mis ventanas duelen.

• Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños.

• Sufre más aquel que espera siempre que aquel que nunca esperó a nadie.

• Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos.

• Amor que puede ser eterno y puede ser fugaz.

• Te amo como se aman ciertas cosas oscuras, en secreto, entre la sombra y el alma.

• Y si no das más, tan solo encuentra lo que hay en tus manos, piensa que dar amor nunca es en vano. Sigue adelante sin mirar atrás.

• Las lágrimas que no se lloran, ¿esperan en pequeños lagos?, ¿o serán ríos invisibles que corren hacia la tristeza?

• El vino mueve la primavera, crece como una planta la alegría. Caen muros, peñascos, se cierran los abismos, nace el canto.

• El agua anda descalza por las calles mojadas.

• Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta.

• Entrégame silencio, agua, esperanza. Entrégame lucha, acero, volcanes.

• He vivido tanto que un día tendrán que olvidarme por fuerza.

• Los pájaros nocturnos picotean las primeras estrellas que centellean como mi alma cuando te amo.