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Francis Picabia

Francis-Marie Martínez Picabia fue un pintor francés de origen hispanocubano. Nació en París el 22 de enero de 1879.

Estudió en la Escuela de Artes decorativas de París. Su primera exposición personal tiene lugar en 1905. En 1912 Francis Picabia participa en el primer salón de la Sección de Oro. En 1913 viaja a Nueva York donde participa en el Armory Show y defiende el arte europeo.

A partir de agosto 1918 se cartea con Tristan Tzara y es el corresponsal dada en París (1919-1921).
Picabia se acerca a los surrealistas. Deja París para irse a vivir en el sur de Francia en 1925 donde permanecerá hasta 1945.

Al final de la guerra, por un tiempo quedó internado bajo la acusación de colaboración que resultará anulada por sobreseimiento. Paralelamente a su obra pictórica, Picabia publicó libros de poemas.
Francis Picabia murió el 30 de noviembre de 1953 en París.

Fuente: mchampetier.com

Frases y citas de Francis Picabia (35)

La única manera de ser seguido es correr más deprisa que los demás.
El amor no perdona la falta de deseo.
La única manera de ser el más fuerte es combatir del lado de los adversarios.

Son las palabras las que existen, lo que no tiene nombre no existe. La palabra luz existe, la luz no existe.
La literatura se renueva más por estados del cerebro -estados del alma- que por la forma o el tema; en ocasiones, por los grandes sentimientos que tiene a su alcance.
Nuestra cabeza es redonda para permitir al pensamiento cambiar de dirección.
El pudor se esconde detrás de nuestro sexo.
¿Son ustedes felices? Imagínense que no hay mañana, la vida es hoy y hoy no existe.
Se trata de un punto de vista, de la puesta a punto de unos anteojos, pero lo esencial es tener los anteojos.
He nacido en París, de familia cubana, española, francesa, italiana y americana, ¡Y lo más asombroso es que tengo la sensación muy clara de ser de todas esas nacionalidades a la vez!
Mejor no hacer nada que hacer cualquier cosa.
El amor se come los pequeños disfraces de las muchachas.
La nueva visión es una mudanza, un cambio de domicilio, entramos en un nuevo hogar.
¡Qué fríos son, esos sabios! ¡Que el rayo caiga sobre sus alimentos para que su hocico aprenda a comer fuego!

Silben, griten, rómpanme la cara, ¿Y luego? , ¿Luego qué? Una vez más diré que son ustedes unos imbéciles. En tres meses, mis amigos y yo les venderemos nuestros cuadros por algunos francos.
Hay que hacer algo, pero no pensar en hacer algo.

Soy un bello monstruo que comparte sus secretos con el viento.
Hay gentes que viven en su perpetua indigestión y eso hace que les apeste el aliento.
Uno muere como un héroe o como un idiota, que es lo mismo. La única palabra que no es efímera es la palabra muerte.
La gente que no para de trabajar lo hace para no tener tiempo de acordarse de que no tiene nada que hacer.
Si hay algo que tomo en serio es el no tomar nada en serio.
El espíritu trabaja y juega, jugar es vivir tanto como trabajar.
El recuerdo de los pensamientos no es más que un ramo pequeño para nuestras ilusiones.
Ame mis poemas que acarician su cuerpo delicioso que perfuman su cerebro cantando la unión impura de las necesidades inútiles.
La moral es la espina dorsal de los imbéciles.

La moda es una hoja muerta.
¿Cuándo nos desacostumbraremos de la costumbre de explicarlo todo?
Bajo una sábana, en una habitación, hoy, en un momento, hago el amor con las manos abiertas.
No metan una canica en la oreja de un caballo, sino un ruiseñor, el ruiseñor ganará la carrera y el caballo cobrará la apuesta que hizo por ustedes.
He encontrado una, busco dos, dos hojas para la corona de la herencia del fantasma solitario que se arrastra hacia el amor para vaciar mi corazón.
Aprendí a encontrar sin buscar.
Conocí a un rey con demencia precoz cuya locura consistía en creerse rey.
Para las que niegan la vida futura hay un lugar junto a mí. Soy el guía virtuoso en la ciudad de cristal.

¿Qué hacen ustedes aquí, hacinados como ostras serias? Porque ustedes son serios, ¿No es así? Serios, serios, serios hasta la muerte. La muerte es cosa seria, ¿Eh?
La vida no tiene más que una forma: el olvido.