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Ernesto Sábato

Ernesto Roque Sábato es considerado uno de los grandes escritores de la literatura latinoamericana.
    Sábato nació el 24 de junio de 1911 en Rojas, Buenos Aires, Argentina.
    Estudió en la escuela primaria de Rojas y más tarde viajó a La Plata donde cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de La Plata. Obtuvo la licenciatura en la Universidad de La Plata, en Física y Matemáticas.

En 1933, conoció en un curso sobre marxismo a Matilde Kusminsky Richter, estudiante de diecisiete años, que abandonó la casa de sus padres para irse a vivir con él. Tres años después contrajeron matrimonio.

Durante 1933, resultó elegido Secretario General de la Federación Juvenil Comunista. Fue delegado del Partido Comunista de la Argentina en el Congreso contra el Fascismo y la Guerra.

Considerado como uno de los grandes de la literatura latinoamericana no solo por sus novelas, sino también por su amplia obra ensayística sobre la condición humana.

    Ernesto Sábato falleció el 30 de abril de 2011 a los 99 años en Santos Lugares, Argentina.

Fuente: buscabiografias.com

Frases y citas de Ernesto Sábato (102)

• Ser original es en cierto modo estar poniendo de manifiesto la mediocridad de los demás.

• Dios es un pobre diablo, con un problema demasiado complicado para sus fuerzas. Lucha con la materia como un artista con su obra. Algunas veces, en algún momento logra ser Goya, pero generalmente es un desastre.

• Siempre tuve miedo al futuro, porque en el futuro, entre otras cosas, está la muerte.

• Ya no se dice que son ‘los de abajo’ sino ‘los de fuera’.

• Es curioso, pero vivir en construir futuros recuerdos; ahora mismo, aquí frente al mar, sé que estoy preparando recuerdos minuciosos, que alguna vez me traerán la melancolía y la desesperanza.

• ¿Por qué no suponer, al revés, que esa continua farsa es autenticidad? Cualquier expresión es, en definitiva, un género de sinceridad.

• A nadie le gusta morir, creo... Pero creo que hay que esperar con dignidad la muerte, que no sabemos lo que es ¡Nadie sabe lo que es el otro mundo! Nadie.

• El proceso cultural es un proceso de domesticación que no puede llevarse a cabo sin rebeldía por parte de la naturaleza animal, ansiosa de libertad.

• ¿Qué máscara nos ponemos o qué máscara nos queda cuando estamos en soledad, cuando creemos que nadie, nadie nos observa, nos controla, nos escucha, nos exige, nos suplica, nos intima, nos ataca?

• El Universo, visto así, es un universo infernal, porque vivir sin creer en algo es como ejecutar el acto sexual sin amor.

• ¡Yo soy un anarquista! Un anarquista en el sentido mejor de la palabra. La gente cree que anarquista es el que pone bombas, pero anarquistas han sido los grandes espíritus como, por ejemplo León Tolstoi.

• Si en estos últimos siglos de historia hemos perdido una oportunidad, ha sido la de construir una historia en la que el hombre fuera protagonista, en lugar de ser un nuevo condenado.

• De pronto me arrepentí de haber llegado a esos extremos, con mi costumbre de analizar indefinidamente hechos y palabras.

• La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse.

• Las modas son legítimas en las cosas menores, como el vestido. En el pensamiento y en el arte son abominables.

• Si nos cruzamos de brazos seremos cómplices de un sistema que ha legitimado la muerte silenciosa.

• A la vida le basta el espacio de una grieta para renacer.

• No se puede vivir sin héroes, santos ni mártires.

• Se discute si Dalí es auténtico o farsante. Pero ¿tiene algún sentido decir que alguien se ha pasado la vida haciendo una farsa?

• El lenguaje es el primer y más importante instrumento de un hombre que escribe, pero también su mayor y más insidioso enemigo.

• Habrá siempre un hombre tal que, aunque su casa se derrumbe, estará preocupado por el Universo. Habrá siempre una mujer tal que, aunque el Universo se derrumbe, estará preocupada por su hogar.

• Siempre es levemente siniestro volver a los lugares que han sido testigos de un instante de perfección.

• Qué conjunto de palabras unidas al recuerdo de nuestra juventud no es extraña y melancólica?

• Aunque terrible es comprenderlo, la vida se hace en borrador, y no nos es dado corregir sus páginas.

• La frase todo tiempo pasado fue mejor no indica que antes sucedieran menos cosas malas, sino que, felizmente, la gente las echa en el olvido.

• ¿No le digo que no sé lo que pienso? Si pudiera decir con palabras claras lo que siento, sería casi como pensar claro. ¿No es cierto?

• La vanidad es tan fantástica, que hasta nos induce a preocuparnos de lo que pensarán de nosotros una vez muertos y enterrados.

• Un creador es un hombre que en algo perfectamente conocido encuentra aspectos desconocidos. Pero, sobretodo, es un exagerado.

• Y entonces, habiendo sido privados de la cercanía de un abrazo o de una mesa compartida, nos quedarán “los medios de comunicación”.

• Muchas veces me ha pasado eso: luchar incensantemente contra un obstáculo que me impide hacer algo que juzgo necesario o conveniente, aceptar con rabia la derrota y finalmente, un tiempo después, comprobar que el destino tenía razón.

• Estamos de tal modo constituidos que sólo nos es dado a vislumbrar la eternidad desde la frágil y perecedera carne.

• Botella al mar, se ha dicho. Pero con un mensaje equívoco, que puede ser interpretado de tantas maneras que difícilmente el náufrago sea localizado.

• Si uno aparece en una novela con su nombre y apellido, lo mas fácil es suponer que se trate de una autobiografía, o del colmo del yoismo.

• ¿Qué se puede hacer en ochenta años? Probablemente, empezar a darse cuenta de cómo habría que vivir y cuáles son las tres o cuatro cosas que valen la pena.

• Entre lo que deseamos vivir y el intrascendente ajetreo en que sucede la mayor parte de la vida, se abre una cuña en el alma que separa al hombre de la felicidad como al exiliado de su tierra.

• ¿Te das cuenta, Martín, la cantidad de sufrimiento que ha tenido que producirse en el mundo para que se haya hecho música así?

• Resignarse es una cobardía, es el sentimiento que justifica el abandono de aquello por lo cual vale la pena luchar, es, de alguna manera, una indignidad.

• En una compleja cuestión de política o arte, hay tantos factores en juego y tantos desconocidos e inaparentes, que es muy difícil distinguir lo verdadero de lo falso.

• Pero, ¿Para qué recurrir a la sátira cuando tenemos la realidad?

• Lo admirable es que el hombre siga luchando y creando belleza en medio de un mundo bárbaro y hostil.

• Le expliqué que el mundo es una sinfonía, pero que Dios toca de oído.

• Irónicamente he dicho en muchas entrevistas que “la televisión es el opio del pueblo”, modificando la famosa frase de Marx.

• Si dejáramos de mostrarnos autosuficientes y nos atreviéramos a reconocer la gran necesidad del otro que tenemos para seguir viviendo, como muertos de sed que somos en verdad, ¡cuánto mal podría ser evitado!

• Tenemos que abrirnos al mundo. No considerar que el desastre está fuera, sino que arde como una fogata en el propio comedor de nuestras casas. Es la vida y nuestra tierra las que están en peligro.

• Hay gente que se preocupa más por el dinero que los pobres: son los ricos.

• Pero no siempre lo más fácil es lo verdadero, y en rigor casi nunca: la luna no es blanca ni tiene un pie de diámetro, como creen los campesinos que ignoran la astronomía.

• ¿O será uno de esos seres solitarios y a la vez temerosos que sólo resisten la soledad con la ayuda de ese gran enemigo de los fantasmas, reales o imaginarios, que es la luz?