Frases célebres

Buscar frases por:

Más frases de Denis Diderot (93)

• De todos los sentidos la vista es la más superficial; el oído, el más orgulloso; el olfato, el más voluptuoso; el gusto, el más supersticioso e inconstante; el tacto, el más profundo.

• La buena música es muy parecida a la lengua primitiva.

• La gente deja de pensar cuando deja de leer.

• La indiferencia hace sabios y la insensibilidad monstruos.

• Todas las cosas deben ser examinadas, debatidas, investigadas sin excepción y sin tener en cuenta los sentimientos de nadie.

• Debemos atropellar a todas estas puerilidades antiguas, derribar las barreras que la razón nunca erigió, devolver a las artes y las ciencias la libertad que es tan preciosos para ellos.

• Dé, pero, si es posible, evite al pobre hombre la vergüenza de mendigar.

• No hay soberano verdadero excepto la nación; no puede haber un verdadero legislador excepto el pueblo.

• El genio está presente en todas las épocas, pero los hombres que lo llevan dentro de ellos permanecen entumecidos a menos que ocurran eventos extraordinarios para calentar y derretir la masa para que fluya.

• El niño corre hacia él con los ojos cerrados, el adulto está parado, el viejo se acerca con la espalda vuelta.

• Para mí, mis pensamientos son mis prostitutas.

• El que te habla de los defectos de los demás, con los demás hablará de los tuyos.

• ¿Qué es la virtud? De cualquier modo que se la considere, es un sacrificio de sí mismo.

• La razón sin las pasiones sería casi como un rey sin súbditos.

• Los móviles de la mujer son tres: el interés, el placer y la vanidad.

• El mártir espera la muerte; el fanático corre a buscarla.

• Los más felices son las personas que dan más felicidad a los demás.

• Los médicos siempre están trabajando para preservar nuestra salud y los cocineros para destruirla, pero estos últimos son los más exitosos.

• Decir que el hombre es un compuesto de fuerza y debilidad, luz y oscuridad, pequeñez y grandeza, no es acusarlo, es definirlo.

• En cualquier país donde el talento y la virtud no producen avance, el dinero será el dios nacional. Sus habitantes tendrán que poseer dinero o hacer que otros crean que sí. La riqueza será la mayor virtud, la pobreza el mayor vicio.

• Un baile es un poema.

• El hombre nace para vivir en sociedad: sepáralo, aíslalo, y sus ideas se desintegran, su carácter cambia, mil afectos ridículos se alzan en su corazón; pensamientos extremos se apoderan de su mente, como las zarzas en un campo salvaje.

• ¿Qué es un monstruo? Un ser cuya supervivencia es incompatible con el orden existente.

• El gobierno arbitrario de un príncipe, aunque sea justo y esclarecido, es siempre malo.

• El agradecimiento es una carga, y todos tienden a librarse de ella.

• Los hombres que se equivocan de buena fe, son dignos de compasión, jamás de castigo.

• El disfrute de la libertad que podría ejercerse sin ninguna motivación sería el verdadero sello de un maníaco.

• El amor priva de espíritu a quienes lo tienen, y se lo da a los que carecen de él.

• Solo las pasiones, las grandes pasiones, pueden elevar el alma a grandes cosas.

• Ningún hombre ha recibido de la naturaleza el derecho de comandar a sus semejantes.

• Es muy importante no confundir la cicuta con el perejil, pero creer o no creer en Dios no es importante en absoluto.

• Una cosa no se prueba solo porque nadie la ha cuestionado.

• Ante todo muéveme, sorpréndeme, rasga mi corazón; hazme temblar, llorar, estremecerme; me indigna deleita mis ojos después si puedes.

• Me parece que la sangre de Jesucristo puede cubrir una multitud de pecados.

• La distancia es una gran productora de admiración.

• Quien necesite un protocolo nunca llegará lejos; los genios leen poco, practican mucho y se hacen a sí mismos.

• El trabajo tiene, entre otras ventajas, la de acortar los días y prolongar la vida.

• La cólera destruye el sosiego de la vida y de la salud del cuerpo; ofusca el juicio y ciega la razón.

• Cuidado con el hombre que habla de poner las cosas en orden. Poner las cosas en orden siempre significa poner las cosas bajo su control.

• La religión cristiana nos enseña a imitar a un Dios que es cruel, insidioso, celoso e implacable en su ira.

• Hay tres medios principales para adquirir conocimiento... observación de la naturaleza, reflexión y experimentación. La observación recoge hechos; la reflexión los combina; La experimentación verifica el resultado de esa combinación.

• Los locos más peligrosos son aquellos creados por la religión, y las personas cuyo objetivo es alterar la sociedad siempre saben cómo hacer un buen uso de ellos en ocasiones.

• Corre el riesgo tanto de ser crédulo como de ser sospechoso.

• Me gusta más que uno diga algo tonto sobre asuntos importantes que callar. Eso se convierte en tema de discusión y disputa, y se descubre la verdad.

• Estamos constantemente despotricando contra las pasiones; les atribuimos todas las aflicciones del hombre, y olvidamos que también son la fuente de todos sus placeres.

• Intentar la destrucción de nuestras pasiones es el colmo de la locura. ¡Qué noble objetivo es el del fanático que se tortura a sí mismo como un loco para no desear nada, no amar nada, no sentir nada y quién, si lo lograra, terminaría siendo un monstruo completo!

• El hombre que se entrega de lleno a su menester, si es un genio se convertirá en un hombre prodigioso; si no lo es, la tenaz aplicación al trabajo lo elevará por encima de la medianía.

• Es tan arriesgado creerlo todo, como no creer nada.

• La calumnia desaparece cuando muere el hombre oscuro, pero se mantiene firme junto a la tumba del hombre genial.

• El hombre más feliz es el que hace la felicidad del mayor número de sus semejantes.