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Frases célebres
(Dámaso Alonso)

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Dámaso Alonso

Dámaso Alonso

Dámaso Alonso y Fernández de las Redondas fue un escritor y filólogo español, director de la Real Academia Española, la Revista de Filología Española y miembro de la Real Academia de la Historia. Premio Nacional de Poesía de España en 1927 y Premio Miguel de Cervantes en 1978.

    Nació en Madrid el 22 de octubre de 1898, pasa su infancia en La Felguera (Asturias), pero es en Madrid donde termina sus estudios superiores en Derecho y en Letras.


Enseña lengua y literatura española en diversas universidades extranjeras y en las universidades de Valencia, Barcelona y Madrid.

Académico de número desde 1945, es director de la Real Academia Española durante los años 1968 a 1982.
    La sala Dámaso Alonso de la Real Academia está dedicada íntegramente a la biblioteca del autor, recogiendo cerca de 40.000 volúmenes y diversos objetos personales.
    Dámaso Alonso fallecia el 25 de enero de 1990 en Madrid.

Fuente: www.cervantes.es

Frases y citas de Dámaso Alonso (29)

  • La poesía es un vínculo entre dos misterios: el del poeta y el del lector.

  • El estudio de la poesía es decir, del arte verdadero, tiene que empezar por una intuición y terminar con una intuición.

  • Lo que hay en el mundo todavía, y por mucho tiempo, es surrealismo. El surrealismo, ...es una especie de erosión del concepto.

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  • Tal vez sea verdad: que un corazón es lo que mueve el mundo.

(Hijos de la ira)

  • Y tú, mañana, que me llevas. Carreta demasiado lenta, carreta demasiado llena de mi hierba nueva, temblorosa y fresca, que ha de llegar -sin darme cuenta- seca, -sin saber cómo- seca.

(Poemas puros)

  • Luz y sombra, dos ciervas velocísimas, huyen hacia la fuente de aguas frescas, centro de todo. ¿Vivir no es más que el roce de su viento? Fuga del viento, angustia, luz y sombra: forma de todo.

(Oscura noticia)

  • Sí, son fantasmas. Fantasmas: polvo y aire.

(Hijos de la ira)

  • Cuando la mano intenta poseerte, siente la piel tus límites: la muralla, la cava de tu enemiga fe, siempre en alerta.

(Hijos de la ira)

  • Ay, tú, Señor, le diste esa ladera que en un álabe dulce se derrama, miel secreta en el humo entredorado. ¿A qué tu poderosa mano espera? Mortal belleza eternidad reclama. ¡Dale la eternidad que le has negado!

(Oscura noticia)

  • Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma, por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid, por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo. Dime, ¿Qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?

(Hijos de la ira)

  • Nosotros somos un turbión de arena, nosotros somos médanos en la playa, que hacen rodar los vientos y las olas, nosotros, sí, los que estamos cansados, nosotros, sí, los que tenemos sueño.

(Hijos de la ira)

  • Yo estoy cansado. Miro esta ciudad -una ciudad cualquiera- donde ha veinte años vivo. Todo está igual. Un niño inútilmente cuenta las estrellas en el balcón vecino. Yo me pongo también... Pero él va más deprisa: no consigo alcanzarle: una, dos, tres, cuatro, cinco...

(Poemas puros)

  • No me digas que estás llena de arrugas, que estás llena de sueño, que se te han caído los dientes, que ya no puedes con tus pobres remos hinchados, deformados por el veneno del reuma. No importa, madre, no importa.

(Hijos de la ira)

  • ¿Qué piedras, qué murallas quieres batir en mí, oh torpe catapulta?

(Hijos de la ira)

  • Estabas en mi casa, mirabas mi jardín, eras muy bello. Yo te maté. ¡Oh si pudiera ahora darte otra vez la vida, yo que te di la muerte!

(Hijos de la ira)

  • Lengua, barro mortal, cincel inepto, deja la flor intacta del concepto en esta clara noche de mi boda, y canta mansamente, humildemente, la sensación, la sombra, el accidente, mientras ¡Ella me llena el alma toda!

(Poemas puros)

  • Dulce, dulce amor mío incógnito, 45 años hace ya que te amo.

(Hijos de la ira)

  • ¡Son monstruos, estoy cercado de monstruos! No me devoran. Devoran mi reposo anhelado, me hacen ser una angustia que se desarrolla a sí misma, me hacen hombre, monstruo entre monstruos.

(Hijos de la ira)

  • Y hay algunos, felices, que pasan de un sueño rosado, de un sueño dulce, tibio y dulce, al sueño largo y frío.

(Hijos de la ira)

  • La poca fe de mi cantar. Entre onda y cielo naufragué. Y era un dolor inmenso el mar.

(Poemas puros)

  • Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas(. A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro, y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente al luz de la luna.

(Hijos de la ira)

  • Mortal belleza eternidad reclama. ¡Dale la eternidad que le has negado!

(Oscura noticia)

  • ¡Qué horrible viaje, qué pesadilla sin retorno! A cada instante mi vida cruza un río, un nuevo, inmenso río que se vierte en la desnuda eternidad. Yo mismo de mí mismo soy barquero, y a cada instante mi barquero es otro.

(Hijos de la ira)

  • No era de ritmo, no era de armonía ni de color. El corazón la sabe, pero decir cómo era no podría porque no es forma, ni en la forma cabe.

(Poemas puros)

  • Tan grandes son tus ojos, que tu alma era quizá como un enorme incendio, cual una lumbrarada de colores, como un fanal de faro.

(Hijos de la ira)

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  • Tú le diste esa ardiente simetría de los labios, con brasa de tu hondura, y en dos enormes cauces de negrura, simas de infinitud, luz de tu día; esos bultos de nieve, que bullía al soliviar del lino la tersura, y, prodigios de exacta arquitectura, dos columnas que cantan tu armonía.

(Oscura noticia)

  • Y ha seguido días y días, loca, frenética, en el enorme tren vacío, donde no va nadie, que no conduce nadie.

(Hijos de la ira)

  • Gota pequeña, mi dolor. La tiré al mar. Al hondo mar. Luego me dije: "A tu sabor, ¡Ya puedes navegar!" Más me perdió la poca fe... La poca fe de mi cantar. Entre onda y cielo naufragué. Y era un dolor inmenso el mar.

(Poemas puros)

  • Ah, Dios mío, Dios mío, ¿Qué han visto un instante esos ojos que se quedaron abiertos?

(Hijos de la ira)

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Imágenes

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Residencial Aguamarina - Playa del Norte
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Vista del mar desde la terraza
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Terraza con mesa y sombrilla
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Entrada del apartamento
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Salon con ventanal a la terraza
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Parte del salon, cocina y vista de la terraza
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Vista del salon del apartamento
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Cocina con salida a terraza
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Dormitorio
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Baño con plato de ducha
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Piscina de la comunidad

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