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Blas de Otero

Blas de Otero Muñoz fue un poeta español nacido en Bilbao el 15 de marzo de 1916.

Otero estudió en un colegio jesuita y se trasladó a Valladolid para matricularse en Derecho, si bien no terminó allí la carrera, sino en Zaragoza. Posteriormente se matriculó en Madrid en Filosofía y Letras, pero no llegó a licenciarse. Si bien inició su carrera poética con una poesía marcada por sus creencias religiosas, una crisis depresiva lo llevó a adoptar un tono más pesimista y existencialista.

Probablemente, la mejor obra de Otero sea Ancia, de 1958, obra que obtuvo el Premio de la Crítica de 1958 y el Premio Fastenrath en 1961. En 1964 se casó con la cubana Yolanda Pino, con quien convivió en La Habana durante tres años.

    Se divorció en 1967 y regresó a Madrid, donde reanudó relaciones con Sabina de la Cruz, que se mantuvo a su lado hasta su muerte, el 29 de junio de 1979 en Majadahonda, Madrid.

Fuente: lecturalia.com

Frases y citas de Blas de Otero (23)

• Si algo me gusta, es vivir. Ver mi cuerpo en la calle, hablar contigo como un camarada, mirar escaparates y, sobre todo, sonreír de lejos a los árboles.

• Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre aquel que amó, vivió, murió por dentro y un buen día bajó a la calle: entonces comprendió y rompió todos sus versos.

• Si he sufrido la sed, el hambre, todo lo que era mío y resultó ser nada, si he segado las sombras en silencio, me queda la palabra.

• No. No dejan ver lo que escribo porque escribo lo que veo.

• Puente de dos columnas, y yo río. Tú, río derrumbado, y yo su puente abrazando, cercando su corriente de luz, de amor, de sangre en desvarío.

• Hay días que no tienen razón de ser ni de estar, sólo de transcurrir y dejar que otro cielo, distinto aire ocupen el espacio y se colmen poco a poco, de palabra, pensares y obra que ahí quedan, intactos, a través de los días y su campana azul y transferible.

• No sé qué luz, de dentro, de quién, iba naciendo, iba envolviendo tu desnudo amoroso, oh aire, oh mar desnudo.

• Y siento ganas de llorar o hacer la revolución cuanto antes.

• Cuerpo de la mujer o mar de oro donde, amando las manos, no sabemos, si los senos son olas, si son remos los brazos, si son alas solas de oro.

• Si escribo es por seguir la costumbre de combatir la injusticia.

• Mares, alas, intensas luces libres, sonarán en mi alma cuando vibres, ciega de amor, tañida entre mis brazos.

• Yo por ti, tú por mí, todos por una tierra en paz y una patria mejor.

• Si me muero, que sepan que he vivido luchando por la vida y por la paz. Apenas he podido con la pluma, apláudanme el cantar.

• Besas como si fueses a comerme. Besas besos de mar, a dentelladas.

• Vísteme de hermosura el pensamiento, serenidad, perennemente unida al árbol de mi vida a contra viento.

• El aire es sabiduría y música del entendimiento. No hay diálogo posible si el aire falta, entonces la atmósfera se enrarece y el ciudadano se entontece.

• Yo, sin lucha, inerme, me declaro vencido, si vencerme es ver en ti mis manos maniatadas.

• Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte, al borde del abismo, estoy clamando a Dios.

• Esto es ser hombre: horror a manos llenas.

• Ni una palabra brotará de mis labios que no sea verdad. Ni una sílaba que no sea necesaria.

• Yo doy todos mis versos por un hombre en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso, mi última voluntad.

• De noche, te alisabas los cabellos, yo me dormía, meditando en ellos.

• Porque quiero tu cuerpo ciegamente. Porque deseo tu belleza plena. Porque busco ese horror, esa cadena mortal, que arrastra inconsolablemente.