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Mas frases de Jacinto Benavente (110)

• El verdadero momento en que una mujer deja de querer a su marido no es cuando se decide a engañarlo, sino cuando él se entera del engaño, porque destruye el encanto de engañarle.

• Los recuerdos tienen más poesía que las esperanzas, como las ruinas son mucho más poéticas que los planos de un edificio en proyecto.

• El día que cada uno fuéramos un tirano para nosotros mismos, todos los hombres serían igualmente libres.

• Los pueblos débiles y flojos, sin voluntad y sin conciencia, son los que se complacen en ser mal gobernados.

• Si en vez de tantos como son a pretender hacer en un día la felicidad del país entero, cada uno tomara a su cargo la parte que le corresponde, otra cosa sería.

• Cuando no se piensa lo que se dice es cuando se dice lo que se piensa.

• En asuntos de amor los locos son los que tienen más experiencia. De amor no preguntes nunca a los cuerdos; los cuerdos aman cuerdamente, que es como no haber amado nunca.

• La vida nos dice en sus lecciones que, alguna vez, para ser bueno, hay que dejar de ser honrado.

• Nada fortifica tanto las almas como el silencio; que es como una oración íntima en que ofrecemos a Dios nuestras tristezas.

• Bien sé que las mujeres aman, por lo regular, a quienes lo merecen menos. Es que las mujeres prefieren hacer limosnas a dar premios.

• Ningún vanidoso siente celos.

• Una cosa es continuar la historia y otra repetirla.

• A veces se procura parecer mejor de lo que se es. Otras veces se procura parecer peor de lo que se es. Hipocresía por hipocresía, prefiero ésta.

• Con hambre sólo, pero sin ideal alguno, se hacen motines, pero no revoluciones.

• La verdadera educación se demuestra cuando se pierde la educación.

• Se hará lo que se deba, aunque se deba lo que se haga.

• Sí, creíste hacer bien, lo que era bien para ti; así buscando nuestro bien cada uno, entre todos desatamos el mal sobre la tierra.

• No quieras saber... En amor, como en religión, el saber está muy cerca de la herejía.

• El verdadero amor, el amor ideal, el amor del alma, es el que sólo desea la felicidad de la persona amada, sin exigirle a cambio la nuestra.

• El enemigo sólo empieza a ser temible cuando empieza a tener razón.

• La peor verdad sólo cuesta un gran disgusto. La mejor mentira cuesta muchos disgustos pequeños y al final, un disgusto grande.

• A los amigos no se les debe pedir nunca nada. Es el único medio de conservarlos. El dinero se les pide a los enemigos. Es el modo, también, de conservarlos.

• No hay nada que desespere tanto como ver mal interpretados nuestros sentimientos.

• Es más fácil ser genial que tener sentido común.

• Poco bueno habrá hecho en su vida el que no sepa de ingratitudes.

• Ante cualquier desdicha que nos aflige, siempre nos admiramos al sentir menos de lo que a nuestro parecer deberíamos haber sentido.

• La única aristocracia posible y respetable es la de las personas decentes.

• Todo lo que tiene un valor puede tener un precio.

• El lujo de ser mejores que los demás hay que pagarlo: la sociedad exige un tributo que ha de pagarse en tiras de pellejo.

• Si los hombres hubiesen triunfado del dolor y de la muerte, quizá ya no hubiesen deseado nada, y sin desear algo, ¿vale la pena vivir?

• Creedlo, para salir adelante con todo, mejor que crear afectos es crear intereses...

• El que está celoso, nunca está celoso de lo que ve, con lo que se imagina es suficiente.

• Lo más parecido a la mentira es el silencio, cuando se calla lo que no se quiere decir.

• El verdadero amor no se conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece.

• Si la pasión, si la locura no pasaran alguna vez por las almas... ¿Qué valdría la vida?

• El mal que hacemos es siempre más triste que el mal que nos hacen.

• Más se unen los hombres para compartir un mismo odio que un mismo amor.

• Muchos creen que tener talento es una suerte; nadie que la suerte pueda ser cuestión de tener talento.

• La casualidad es un desenlace, pero no una explicación.

• La felicidad no existe en la vida. Sólo existen momentos felices.

• Lo malo de la conciencia es que siempre está hecha a la medida.

• Comienza tu obra; comenzar es haber hecho la mitad; comienza de nuevo, y la obra quedará terminada.

• Una hora de alegría es algo que robamos al dolor y a la muerte, y el cielo nos recuerda pronto nuestro destino.

• El hombre sería el más extraño animal del mundo, si no existiera la mujer.

• Los libros son como los amigos, no siempre es el mejor el que más nos gusta.

• Cuanto más reduzcamos el tamaño de nuestro mundo, más seremos sus maestros.

• Perdonar supone siempre un poco de olvido, un poco de desprecio y un mucho de comodidad.

• El amor es como el fuego; suelen ver antes el humo los que están fuera, que las llamas los que están dentro.

• Eso de que el dinero no da la felicidad son voces que hacen correr los ricos para que no los envidien demasiado los pobres.

• Nada prende tan pronto de unas almas en otras como esta simpatía de la risa.

• Como en las deudas, no cabe con las culpas otra honradez que pagarlas.

• El pretexto para todas las guerras: conseguir la paz.

• Los naúfragos no eligen puerto.

• En cuestión de árboles genealógicos es más seguro andarse por las ramas que atenerse a las raíces.

• Dios castiga en los hijos las culpas de los padres, porque sabe que no hay mayor dolor para los padres que el dolor de los hijos.

• Suprime la vanidad en las mujeres y habrás suprimido la mitad, por lo menos,de la ambición de los hombres.

• El alma de la mujer ¡qué vale, si dentro de ella no hay un alma de madre!