Frases célebres

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Más frases de Alejandro Magno (89)

• Aquellos que tienen el valor de vencer al miedo, son hechos libres y los que son conquistados por él, sufren hasta tener el valor para derrotarlo, o se los lleva la muerte.

• Si espero perderé la audacia de la juventud.

• No tengo miedo de un ejército de leones dirigido por una oveja. Tengo miedo de un ejército de ovejas dirigido por un león.

• Dios ha de amar a los afganos, pues los ha hecho hermosos.

• Cuando damos a alguien nuestro tiempo, en realidad damos una parte de nuestra vida que nunca vamos a recuperar.

• Nosotros de Macedonia, durante las generaciones pasadas hemos sido entrenados en la dura escuela del peligro y la guerra.

• ¡Oh! ¡Soy un miserable! ¿Por qué no aprendí a nadar?

• Lucharemos para Grecia y nuestros corazones permanecerán en ella.

• Que Dios los guarde del veneno de la cobra, los dientes del tigre, y la venganza de los afganos.

• Si fuera Pérdicas, no te voy a mentir, habría aceptado esta propuesta a la primera. Pero soy Alejandro, así que no lo haré.

• No me importa la descendencia de los ciudadanos o sus orígenes raciales.

• Una de las cosas que aprendí cuando estaba negociando era que hasta que no me cambiara a mí mismo, no podía cambiar a otros.

• Con la actitud correcta, las limitaciones autoimpuestas desaparecen.

• Recuerda que de la conducta de cada uno depende el destino de todos.

• Preferiría vivir una vida corta y llena de gloria, que una larga sumida en la oscuridad.

• Al final, cuando todo se acaba, lo único que importa es lo que has hecho.

• El fin y el objeto de la conquista, es evitar hacer lo mismo que los vencidos.

• Mi tesoro reside en mis amigos.

• No tengo una sola parte de mi cuerpo, por lo menos enfrente, que no tenga cicatrices.

• Desearía que los indios me creyeran un dios, ya que del informe del valor de un enemigo a menudo depende el éxito de una batalla.

• No me siento feliz por esta victoria. Estaría alegre, hermano, si la obtuviera estando parado al lado suyo, puesto que nos une la misma sangre, la misma lengua y los mismos deseos.

• Te mando un kaffis de mostaza, para que puedas probar y reconocer la amargura de mi victoria.

• ¿Todavía tienes que aprender que la perfección de nuestras victorias es evitar los vicios y las debilidades de los pueblos a los que subyugamos?

• El final y la perfección de nuestras victorias es evitar los vicios y enfermedades de los que sometemos.

• Yo no robo victorias.

• Así que no esperen a sufrir ningún daño de mí. Un Rey griego no mata mensajeros.

• Enterrar mi cuerpo y no construir ningún monumento. Mantener mis manos afuera, para que las personas sepan que quien ganó el mundo no tenía nada en sus manos cuando murió.

• Oh, qué afortunado el joven Aquiles, que encontró en Homero el heraldo de su gloria.

• Por mi parte, considero que, para los hombres de espíritu, no hay más meta o fin de sus labores que las labores mismas.

• El verdadero amor nunca tiene un final feliz, porque no hay final para el amor verdadero.

• Las posesiones que obtenemos gracias a nuestras espadas no son ni seguras ni duraderas, pero el amor que ganamos por la amabilidad y la moderación es seguro y duradero y ha de prevalecer.

• Soldados, en los últimos días, hombres desesperados han intentado apartarme de ustedes, pero por la gracia de la providencia de los dioses, aún sigo entre los vivos y voy a prevalecer.

• Todos juran que soy hijo de Júpiter, pero esta herida está proclamando que soy hombre.

• Una tumba ahora le basta para quien el mundo no era suficiente (su Epitafio).

• Es mejor no tener ninguna mujer en la cena en absoluto, que tener una fea.

• Ahora temen al castigo y ruegan por sus vidas, así que les dejaré libres, no por ninguna otra razón, sino para que puedan ver la diferencia entre un rey griego y un tirano bárbaro. Así que no esperen a sufrir ningún daño de mí.

• Hay tantos mundos y aún no he conquistado ni siquiera uno.

• No distingo a los hombres en griegos y en bárbaros, como hacen las personas de mente cerrada.

• El sexo y dormir solo, me hacen consciente de que soy mortal.

• No toda la luz proviene del Sol.

• Ninguna fortaleza es tan inexpugnable que no puede entrar en ella un mulo cargado de oro.

• Mientras de su lado haya más hombres de pie, en nuestro lado más lucharán.

• El amor depara dos máximas adversidades de opuesto signo: amar a quien no nos ama y ser amados por quien no podemos amar.

• Más aún, he sido herido por la espada, mano a mano, con flechas, he sido herido desde una catapulta y muchas veces he sido golpeado con piedras y garrotes.

• Muero debido a la ayuda de demasiados médicos.

• Hablemos de los hombres al mando de los dos ejércitos de Asia. Como comandante, ustedes tienen a Alejandro el Grande. Ellos, en cambio, tienen a Dario.

• Jóvenes helenos, corintios y de Macedonia, únanse a sus amigos soldados y confíen en mí, para que podamos ir en contra de los bárbaros y seamos capaces de liberarnos de las cadenas de los persas. Porque los griegos no merecemos ser sus esclavos.